El mundo está lleno de mensajes. Los mensajes están llenos de códigos, palabras, imágenes. Y entre todo este bombardeo, las personas tienden a escoger entre distintas opciones. Pasa siempre: nos levantamos y usamos un cepillo Oral-B con pasta de dientes Colgate. La gente escoge marcas, es cierto. Pero primero, en un proceso mucho más complejo (y menos visceral), las marcas escogen a la gente. Son procesos de identificación mutua. Lo cierto es que las marcas exitosas son el resultado de un matrimonio feliz entre imagen y concepto. Y el hijo de esta unión es la identidad. Buscaremos entender imagen y concepto de manera integral y su expresión a través de la publicidad. Vamos a conocer herramientas que simplifican los procesos creativos y hacen que nuestros mensajes sean más efectivos. Se plantea un debate entre lo simple y lo complejo en un mundo que tiene cada vez más marcas y menos espacio. Al final, todo ser humano tiene la libertad de escoger. El reto del curso es aprender a encontrar las razones para que nos escojan.